Libido
El chico la miró boquiabierto.
—Joder, qué complicadas que sois las
mujeres. ¿Eso es un sí o un no?
—A ver, en un universo paralelo, en
el que tu inteligencia sea infinitamente superior a tu musculado cuerpo y
puedas llegar a comprender lo que significa una negativa, entonces, y solo
entonces, sería un «tal vez».
El chico sonrió a la vez que se
acercaba un poco más mientras levantaba la mano para llamar a la camarera.
—¡Dos chupitos por aquí!
Ella lo miró estupefacta.
—¿Se puede saber qué haces? —dijo,
mientras él, lentamente, se arrimaba un poco más hasta que se quedaron a tan
solo cinco centímetros de distancia.
—Has dicho: «tal vez».
Ella negó con la cabeza.
—¡Por Dios! He dicho tal vez en un
universo paralelo.
—¿Paralelo? ¿Es una especie de clave?
La chica iba a contestar, pero la
camarera le puso una mano en el hombro mientras con la otra llenaba los dos
vasos de chupito.
—Mira, chaval, lo que te está
diciendo esta tía buena es que te vayas a molestar a tu puta madre.
El joven miró a la camarera y luego a
la chica, la cual, después de parpadear, asintió lentamente con la cabeza.
—¡Pues haberlo dicho antes, cojones!
Llevo media hora perdiendo el tiempo.
La camarera miró a los ojos de la chica mientras levantaba su
vaso de chupito para brindar. Esta la imitó y ambas se lo bebieron de un trago.
Sus miradas dejaron claro que la libido ya estaba a pleno rendimiento.

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