1936

Han pasado más de ochenta años y todavía me parece escuchar los disparos desde la ventana de la cocina. Todavía noto la mezcla de olores entre pólvora y sangre. Aún lloro al recordar los gritos de las mujeres y niños cuando se llevaban a algunos hombres de las casas para interrogarlos por tener ideales contrarios a los que se debían. Yo simplemente observaba. A veces creo que debería haber hecho algo. Al fin y al cabo, me salvé aquel día porque mis ideas eran afines a las de los hombres armados, pero… ¿qué habría sucedido entonces? Me lo he preguntado cada día desde aquella tarde de 1936. Mi mujer (novia por aquel entonces) cree que me habrían llevado a mí también por salir en defensa de aquellos traidores. Pero lo cierto es que yo conocía a la mayoría de aquellos hombres y era íntimo de algunos de los soldados. Es posible que, de haber salido en defensa de todos mis vecinos, hubiese corrido la misma suerte que ellos, pero ¿y si hubiese defendido solo a dos… tal vez a tres persona